Busquets y su último Mundial
Roberto Morales
Roberto Morales
Doha, 22 nov (EFE).- Antes de que España lograse en Portugal, con un tanto postrero de Álvaro Morata, la clasificación a su segunda fase final de la Liga de Naciones, Sergio Busquets tenía marcado en rojo el final del Mundial 2022 como el momento para despedirse de la selección española.
La opción de lograr un nuevo título como internacional, añadir un torneo de reciente creación a su Mundial y Eurocopa ya conquistadas, cambiaron la forma de enfocar su situación en la selección. Referente absoluto del grupo y en el vestuario desde que las ausencias de Sergio Ramos se convirtieron en habituales. Con un liderazgo totalmente distinto.
'Busi' aprendió del que ejercía Carles Puyol y su capitanía es similar a la de su antiguo compañero de batallas. En la selección es una figura indispensable para Luis Enrique Martínez. El espejo en el que mirarse, por profesionalidad, para los jóvenes que derriban la puerta de la selección mucho antes de lo esperado.
Los Pedri, Gavi, Ansu Fati, Nico Williams o Alejandro Balde ven en Busquets el ejemplo a seguir en sus carreras que inician ya instalados en el éxito del más alto nivel. Al único superviviente de los campeones del mundo en 2010 que siempre mantuvo una línea de humildad de la que jamás se salió. Con 34 años, doblando la edad de alguno de sus compañeros, su figura impone y Luis Enrique no quiere perderla.
"Mi objetivo es convencer a Busquets para que juegue un Mundial más", dejó caer nada más dar la lista de 26 elegidos para Qatar 2022 en un mensaje directo a su capitán. Deja de mirar la cercanía del final; tu camino en la selección aún se puede extender. Le trasladó.
Y el capitán de España ahora solo enfoca el presente. Convencido de que el grupo renovado con hambre de éxito tiene opciones de asemejarse al que en 2008 inició el ciclo de mayor gloria de la historia del fútbol español conquistando la Eurocopa 2008. Con Luis Aragonés al mando, un seleccionador que, como Luis Enrique, también acaparaba los focos para intentar liberar de presión a sus futbolistas.
"Afronto con muchísima ilusión el Mundial, independientemente de que sea mi cuarto", dijo en rueda de prensa Busquets, que de golpe retrocedió doce años y seis meses en el tiempo. Cuando ante Suiza disputaba su primer partido en una Copa del Mundo de los 13 que van en una cuenta que crecerá en Doha con el objetivo de superar el registro que comparten Iker Casillas y Sergio Ramos con 17.
Sabe 'Busi' que al próximo Mundial no llegará en la élite. Los últimos capítulos vividos en el Barcelona le han desgastado y su deseo no es aguantar tanto tiempo en un club de tanta exigencia, que te juzga al detalle mientras tus virtudes futbolísticas merman. Esas que en la selección no han notado el paso del tiempo. En un equipo que se instala en campo contrario, abusa de la posesión y en el que es la figura perfecta para dirigir la orquesta de Luis Enrique. Su posicionamiento, sin estar tan expuesto como en su club.
"Los que llevamos más tiempo sabemos lo que tenemos que hacer lo que quiere el míster. Somos una selección muy difícil de batir, llevamos mucho tiempo juntos. Estoy centrado en el Mundial, no voy a tomar una decisión ni antes ni durante ni nada más acabar. Estoy más cerca de que sea mi último a que pueda volver a otro en cuatro años", confesó.
De ser el centro de la diana de la crítica en aquella derrota ante Suiza de su estreno mundialista en 2010, el jugador en el que le gustaría reencarnarse a Del Bosque, a ser el gran referente de la selección en 2022, a la carrera de Busquets la dan forma 159 convocatorias, 139 partidos, 122 titularidades, dos goles, tercer jugador con más internacionalidades y un largo listado de recuerdos imborrables de una leyenda del fútbol español que encara su cuarto y último Mundial. EFE
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