Luis Miguel Pascual
Doha, 13 dic (EFE).- La Marruecos de Walid Regragui presume de ser una familia. En los pasillos de la concentración y en el césped del estadio Abdullah ben Khalifa, su campo de entrenamiento en Doha, se habla, sobre todo, árabe y francés. Pero de fondo resuena el español, con el acento gallego, que le ponen Eduardo Domínguez y Juan Solla, los preparadores físicos de los "Leones del Atlas".
"Nos han acogido como unos más de la familia, la integración ha sido perfecta", asegura en conversación con EFE Domínguez, en vísperas de que Marruecos se juegue el pase a la final del Mundial de Qatar contra Francia.
De su oficio ha salido una selección dura como una roca, reputada por su solidez defensiva y que, desde que están en el cargo, hace ya ocho partidos, solo han recibido un gol, el que se marcó en propia puerta Nayef Aguerd en el duelo contra Canadá de la primera fase.
"El aspecto físico es importante, pero más lo es el mental. El entrenador ha hecho un trabajo brutal, cambió la mentalidad del grupo, les dijo que no tenían que tener miedo, que ya han jugado contra los mejores en sus clubes. Les ha hecho saber que pueden ganar a cualquiera", asegura Domínguez.
Formado en el Celta de Vigo, de cuya preparación física se ocupó durante años, este trotamundos del fútbol ha pasado por muchos clubes, el Espanyol, la Real Sociedad, el Dépor, el Spartak de Moscú, el Mallorca, el Villarreal o el Sporting de Gijón.
También en el extranjero, una experiencia que le sirvió para ser el elegido por Regragui.
"Me gusta la preparación física que hay en España, que gira mucho en torno al balón. Así como quería que mis adjuntos fueran todos marroquís, para la parte física preferí españoles. No porque los marroquíes no sean buenos, pero quería ese toque", asegura el seleccionador.
Domínguez y Solla habían pasado por clubes árabes y ese fue el factor que llevó al técnico a elegirles. "Conocen la mentalidad árabe. Han demostrado una gran capacidad de adaptación", señala el seleccionador.
UNA FAMILIA
El preparador físico coincide en que, desde su llegada, el entrenador trató de que formaran parte de la familia.
"En su mundo el concepto de familia es muy importante, le dan mucho valor y han sabido transmitir eso al equipo", asegura Domínguez, que conoció gracias a Luis García Plaza que había un puesto vacante en Marruecos y se postuló al mismo. Cuando se vio con opciones se dijo: "No se me puede escapar".
El preparador físico comenzó a diseñar un programa a la carta para tener al grupo preparado para el Mundial. "No había tiempo y no podíamos cambiar sus hábitos. Hemos estado en contacto permanente con los preparadores de los clubes y nos hemos adaptado a sus rutinas. Tenían que sentir una continuidad", señala.
El grupo ha respondido y la preparación física está siendo uno de los aspectos más señalados de Marruecos.
"Creo que la ilusión que ponen es la clave. Trabajamos mucho en la recuperación. Hemos tenido partidos muy duros, rivales como España que te hacen correr mucho. Además, ha habido lesionados. No podemos hacer seis o siete partidos con el mismo once, pero confiamos en todos", afirma.
"Les preparamos en lo físico pero también en lo mental para sufrir, para que puedan disfrutar aplicando las consignas. Hay que convencerles de que somos capaces de aguantar", señala.
A medida que avanza la competición, la labor es más compleja. "Francia tiene grandes jugadores, pero también es conocida por su fuerza física. Nosotros vamos notando el cansancio. Tenemos que diseñar una estrategia para neutralizar esa diferencia. Ellos han sufrido menos, posiblemente lleguen más frescos. Vamos a buscar un plan para aguantar", explica.
Domínguez se ha apoyado en las instalaciones que Marruecos tiene en el país, el centro de rendimiento Mohamed VI que "es puntero".
Pero para él, la clave del éxito reside en el trabajo de Regragui. "Ha sabido darles una identidad propia. Hasta ahora, los equipos africanos eran más desequilibrados defensivamente. Él ha sabido trabajar bien el balance entre defensa y ataque", asegura.
Pese a que ha trabajado con muchos entrenadores a lo largo de su carrera, se confiesa "fascinado" por las labores de liderazgo del seleccionador marroquí.
Ahora, afronta con confianza el duelo definitivo. "No sé lo que pasará, pero en el grupo hay confianza y fe. El trabajo es extraordinario, veremos el resultado". EFE
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