Rellenar los guantes de Gordon Banks
Solo hay un candidato a la mejor parada de la historia de los Mundiales de fútbol. Esa que Gordon Banks le hizo a un cabezazo picado de Pelé en la fase de grupos de México 1970. Una estirada legendaria que se ha convertido en mítica y que produce la misma sensación vista hoy, 52 años después, que la que le causó a Tostao, el mejor espectador de la jugada: incredulidad y manos a la cabeza.
Desde aquello, Inglaterra ha sido incapaz de tener un portero a la altura. Todos los arqueros de esta selección, por un motivo u otro, han estado marcados por el mismo tatuaje que el de la selección inglesa: el fracaso. Desde el rencor de Peter Shilton, el mejor desde Banks, por la 'Mano de Dios', al error de David Seaman contra Ronaldinho en 2002 y la 'cantada' de David James contra Austria cuatro años más tarde.
Para paliar esta desventaja histórica, una de las tantas que ha impedido a Inglaterra imprimir la segunda estrella en su camiseta, Gareth Southgate ha traído a Catar a tres arqueros titulares con su selección, con una carrera consolidada en la Premier League y a los que conoce a la perfección.
Los guantes de Inglaterra en el Mundial los llevan Jordan Pickford, del Everton, Aaron Ramsdale, del Arsenal, y Nick Pope, del Newcastle United. Tres opciones muy válidas y que han generado debate durante estos primeros meses de temporada. El que se cayó de la terna final, pese a su buen momento en el Nottingham Forest, fue Dean Henderson, una de las grandes promesas de las porterías inglesas, pero lastrado por su estancamiento en el Manchester United a la sombra de De Gea.
¿Por quién se decantará Southgate? Pese a los debates, ha estado bastante claro que el titular será Pickford. Es su portero de confianza, al que hizo debutar en 2017 y el que le ha acompañado en los dos últimos torneos internacionales.
Pickford, pese a su irregularidad en la Premier, se ha convertido en un baluarte para los ingleses. Fue Rusia el que le elevó de un arquero prometedor, pero fallón, a un seguro en los grandes momentos. Su gran momento en Rusia fue el encuentro de cuartos de final contra Colombia, cuando paró un penalti a Carlos Bacca y contribuyó a que Inglaterra ganara una tanda de penaltis por primera vez en la historia de los Mundiales.
La inercia continuó tres años después, en la Euro de 2021, cuando Pickford mantuvo su puerta a cero hasta semifinales. Se llevó por el camino varios récords; el de ser el primer portero en una Eurocopa en no encajar en los cinco primeros partidos y el de más minutos sin recibir gol para Inglaterra, con 721, uno más que el anterior registro de Gordon Banks.
Y no es solo la historia la que avala al portero del Everton, también los datos. Según las estadísticas de BeSoccer, Pickford es el arquero, de los tres convocados, que más paradas realiza (4,4 por partido), por encima de Ramsdale (2,1) y Pope (3,2), y el que más tiros recibe (5,6), un dato que está relacionado con que el Everton sea el equipo al que peor le va de los tres. Ramsdale, líder con el Arsenal, recibe casi la mitad (2.9) y Pope, en Champions con el Newcastle, (3,9).
Pero la eficiencia de Pickford se mide con la estadística de goles esperados en contra, en la cual tiene 1,8. Esto quiere decir que, basándose en la calidad de los disparos que recibe, debería encajar 1,8 goles por partido. Sin embargo, Pickford solo recibe 1,2. En el caso de Ramsdale, tiene 0,9 goles esperados en contra y ha recibido 0,8 y en el de Pope tiene 1 gol esperado por partido y ha recibido 0,7.
"Tenemos un gran vínculo entre los tres porteros", explicó Ramsdale esta semana en rueda de prensa. "Tienes que tener tres porteros que lo den todo para ser titulares. Los tres nos preparamos para eso. Juegue quien juegue, tendrá nuestro apoyo, pero esto es un torneo de fútbol, nunca sabes lo que puede pasar y siempre tienes que estar listo para que te llamen".
La sombra de Banks es alargada y su parada ante Pelé es irrepetible, pero si Pickford consigue ganar la segunda Copa del Mundo para Inglaterra, el legendario portero inglés por fin tendrá un sucesor a su altura.
Manuel Sánchez Gómez