Rosario (Argentina), 20 dic (EFE).- Varias decenas de personas se acercaron este martes, con la ilusión de poder saludar a Leo Messi, hasta el exterior del Kentucky Club de Campo, el exclusivo barrio privado donde el capitán de la selección argentina tiene una casa a las afueras de Rosario, su ciudad natal.
"Queremos que salga, lo queremos ver ya", dijo a EFE Marisel Ortega, que vive en la zona y se acercó con la confianza de que el astro, como ha hecho en otros viajes a la ciudad, saliera a saludar a la gente, para poder compartir con él la "alegría" de ser campeón del mundo.
El para muchos mejor futbolista de la historia llegó este martes a la vivienda para reencontrarse con su familia y pasar las vacaciones de Navidad después del caótico festejo en Buenos Aires, con el resto de sus compañeros, tras ganar el domingo pasado el Mundial de Qatar.
Messi viajó desde la capital argentina a Rosario, ubicada a unos 300 kilómetros de Buenos Aires, en un avión privado junto a los también internacionales Ángel di María -rosarino- y Paulo Dybala, quien siguió rumbo a Córdoba, donde está su pueblo, Laguna Larga.
Messi y Di María subieron a un helicóptero en el aeropuerto de Rosario, ante el que también se apostaron hinchas, que los trasladó a Kentucky, de donde, según trascendió, el 'Fideo' se fue poco después a su residencia.
"Sí, vimos llegar el helicóptero, vino con Di María, sabemos que está dentro", agregó Ortega, que, si tuviera la oportunidad de hablar con 'La Pulga', le diría "simplemente gracias" y que "deseaba de todo corazón esta copa, primeramente por él, porque pasó muchas dificultades, adversidades y fue muy golpeado por la prensa", y el pueblo "que realmente es genuino, siempre lo apoyó, lo pidió y él respondió".
En la puerta del barrio privado situado en la localidad de Funes -sobre la que se había colocado una enorme pancarta con un "Gracias, Lío"- los hinchas se mostraron expectantes ante la posibilidad de ver a Messi, en medio de un gran trajín de autos que entraban y salían y de presencia policial.
Dentro del barrio, según videos de redes sociales, los vecinos del selecto lugar sí pudieron ver y lanzar vítores al astro tras bajar del helicóptero.
Pero fuera, y pese a la confianza que muchos mostraban -"por supuesto que va a salir, siempre sale", manifestó a EFE el joven Lucas Miranda-, Messi dejó con las ganas a sus seguidores y, al menos hasta bien entrada la noche, y pese a sus constantes cánticos, no hizo acto de presencia.
"Tengo pensado decirle que es un orgullo para la ciudad, para todos nosotros, que es un ejemplo como persona y como profesional", agregó.
La familia de Messi ya estaba en Rosario desde la víspera.
Por el momento, se desconoce si la ciudad, la tercera con mayor población de Argentina, organizará un gran acto en homenaje a los jugadores rosarinos de la selección, aunque este martes fuentes de la Municipalidad señalaron a EFE la intención de preparar un evento, pero esto no se llegó a confirmar por los propios futbolistas.
El vuelo que trasladó desde Catar hasta Argentina a la delegación de la Albiceleste aterrizó en la madrugada de este martes en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires.
A lo largo del martes, millones de personas salieron a las calles de la capital para acompañar la caravana preparada para recibir a la Scaloneta, cuya inédita masificación llevó a variar el recorrido previsto y acabó antes de tiempo con los jugadores evacuados en helicóptero.