Iriondo, sobre Japón: "Juegan a lo nuestro, con más verticalidad pero menos oficio"
Antonio Iriondo fue uno de los primeros entrenadores españoles que abrió fronteras hacia Asia cuando se marchó a entrenar a la liga universitaria de Japón.
Aquella fue una experiencia muy enriquecedora para él y le permitió conocer de cerca un fútbol que chocará con el de la selección española en busca de los octavos del Mundial. En una entrevista con EFE explica que su estilo puede llegar a ser parecido, pero que el cuadro asiático tiene más verticalidad y menos oficio.
Pregunta: ¿Qué jugador tipo se va encontrar España enfrente?
Respuesta: Cuando yo estaba allí existía la Primera y la liga universitaria, como en Estados Unidos el baloncesto. Se le daba mucha importancia a la liga universitaria porque no había otras divisiones. Las dos veces que fui salimos campeones del torneo de verano, mi experiencia con ellos es muy gratificante.
Trabajaban muchísimo y muy bien, de ahí los resultados. En ese momento pensaba que les faltaba mucha picardía, historia del fútbol. Pero con trabajo se consiguen cosas. Pensé que en veinte o veinticinco años iban a estar al nivel de los de arriba.
No creo que lleguen porque les siguen faltando algunas cosas relacionadas con la picardía, es por la forma de ser que tienen, que la trasladan al campo. Pero van a dar guerra. Van superándose en los Mundiales y cuando fue el sorteo pensé que menuda pieza nos había tocado.
P: ¿La mayor presencia de japoneses en las grandes ligas hace que le estén perdiendo el 'respeto' a las selecciones más relevantes?
R: Son buenos y si se acostumbran a competir aquí... Tienen una selección que es mezcla de jugadores de la liga japonesa, que está creciendo, y de otras en Europa. Nosotros trabajábamos cuatro horas diarias todos los días de la semana, ahí no había descansos. A cualquiera que le expliques esto... echabas cuentas y en dos semanas llevaban casi sesenta horas de trabajo. Además tenían un gran nivel de atención y mostraban humildad.
P: ¿En el aspecto técnico están ya equiparados a las grandes selecciones?
R: En el aspecto técnico están puestísimos porque jugar a la velocidad que juegan y ser técnicamente buenos... parados lo puede hacer cualquiera. El seleccionador tiene algunas críticas porque su sistema y sus jugadores son invariables pero trata de que su equipo la saque jugada desde atrás, que presione muy bien. Tiene las cosas muy claritas y hay que tener mucho cuidado con ellos. Juegan a lo nuestro con más verticalidad pero con menos oficio.
P: También ha evolucionado mucho el fútbol femenino ¿no?
R: En Japón está evolucionando el deporte, fundamentalmente el fútbol, de una forma exagerada. Hace muchos años que estuve allí pero es un país que cuando se propone algo, cabezón es un rato. Una vez que conoces su espíritu 'samurai' sabes que lo van a conseguir. No sabes cuando pero lo van a conseguir, pero van a perseverar y trabajar lo que sea necesario.
P: ¿Qué poso ha dejado en usted su paso por Japón?
R: Fui a entrenar a una universidad budista y me alojaron en la residencia de los monjes. El silencio era absoluto y me quise enterar de que iban esas cosas, la meditación y todo eso. Fue una experiencia muy interesante que te hace pensar y sentir las cosas de otra manera.
P: ¿Volvería a Japón si se lo propusieran?
R: Estuve a punto pero era el año que habíamos ascendido con el Rayo Majadahonda a Segunda. Era una decisión un poco complicada porque me encantaba Japón, era la liga profesional y era una oferta muy interesante en todos los sentidos. Me hubiera gustado pero venció la idea de quedarme en Segunda porque lo conseguido era importante y nunca había entrenado en la categoría. No me arrepiento. En su día es lo que tocaba.
P: También ha entrenado en la India. ¿Por qué no termina de despuntar el fútbol allí?
R: Porque la población no se dedica a jugar al fútbol. A un indio le das un palo de crícket y la que te arma es fina, los jugadores que yo tenía jugaban mucho mejor al crícket que al fútbol, me di cuenta cuando le quise dar yo. La India es diferente a Japón. A la India le falta muchísimo y dudo que alguna vez puedan acercarse lo más mínimo.
P: ¿Qué le parece Luis Enrique?
R: Me encanta de él lo auténticamente convencido que está. Eso seguramente se transmite, lo hace con vehemencia, a veces parece un paranoico a la hora de transmitir lo que siente y la confianza que tiene en su fútbol y sus jugadores. Esa parte es buenísima. Luego hay otras en las que uno no coincide, pero cada uno ve el fútbol como le da la gana.
P: Usted nació en Moscú, hijos de refugiados de la guerra. ¿Qué siente al ver que en pleno siglo XXI otros en Ucrania siguen un camino distinto al que emprendió su familia?
R: Son experiencias del pasado que a lo mejor te acercan muchísimo más a empatizar con la gente porque lo has vivido. Todo lo que viene de guerra lo veo fatal. Como ser humano repudio todo ese tipo de situaciones que se están generando.
Vivimos en una cultura de guerra desde que vamos a la compra, en la oficina... vivimos en una cultura de enfrentamiento permanente. Estoy en contra de la guerra y de quienes la hacen. Lo pagan niños, ancianos, jóvenes que mueren por ello. La vida es vida, es para vivirla. Hay que ir por otro lado para mejorar todos.
P: Disfruta ahora de una etapa en el Atlético Sanluqueño, en Segunda Federación. ¿Cómo está el equipo y usted?
R: Es un equipo nuevo. Me hice cargo faltando tres jornadas con la idea de salvarlo pero no lo conseguimos, dependíamos de otros. He conocido una ciudad maravillosa, la gente es estupenda y estoy muy feliz.
No se hizo un equipo con posibilidades pero es un reto. Y es una satisfacción ir superando retos a mi edad con chavales que están empezando y otros que lo están dejando. Hemos hecho un buen grupo, el equipo está muy animado y poco a poco estamos mejorando.
P: ¿Qué metas a medio-largo plazo siente que le quedan por cumplir?
R: No tengo expectativas. Tengo una edad en la que no tengo que hacer nada por mis hijas más que quererlas, no depende nadie de mi. Eso es estupendo porque te permite vivir cada momento como creo que hay que vivirlo.
¿Qué expectativas puedes tener cuando vas para los setenta años? Ser feliz en cada momento, trato de hacer lo que yo quiero. Estoy a gusto y tengo la suerte de poder entrenar, de que haya un equipo que a mis años cuente conmigo.