Son las dos ocasiones en las que encaró esta ronda del torneo, que ahora aparece en su camino como seleccionador nacional, porque en su otra Copa del Mundo como jugador, en Francia 1998, el equipo no alcanzó las eliminatorias. Se quedó fuera en la primera fase, pese a la sonora goleada con la que se impuso por 6-1 a Bulgaria en la última jornada. No fue suficiente. Era la mayor goleada de la historia de la selección antes de esta edición y del 7-0 con el que el grupo de Luis Enrique apabulló a Costa Rica.
2 de julio de 1994. En su primera experiencia en el torneo, Luis Enrique se presentó en los octavos de final a las órdenes de Javier Clemente, tras una primera fase en la que España había empatado contra Corea del Sur (2-2) y Alemania (1-1), con él como titular, y había ganado a Bolivia, por 1-3, con él como suplente. Para el inicio de las eliminatorias en Washington, volvió al once de Javier Clemente para enfrentarse a Suiza ante 53.000 espectadores en el estadio Robert Fitgerald Kennedy.
A su lado en la alineación formaron Andoni Zubizarreta, en la portería; Albert Ferrer, Abelardo Fernández, Rafael Alkorta, Miguel Ángel Nadal y Francisco Camarasa, en la defensa; Juan Antonio Goikoechea, Fernando Hierro, Jose Mari Bakero y Sergi Barjuán, en el medio campo, con Luis Enrique como novedoso delantero en la fase final de 1994, porque antes se había desempeñado más en tareas defensivas a lo largo de la primera ronda, aunque su polivalencia lo permitía jugar en cualquier posición.
España mandó en el marcador desde el primer cuarto de hora, cuando Fernando Hierro se hizo un autopase, superó a la defensa suiza y marcó con un certero tiro con la derecha.
En un partido práctico, al contragolpe, cimentó aquel día su victoria, con el 2-0 anotado por Luis Enrique, tras un pase de Sergi Barjuán, ya en el minuto 74. El 3-0, en el 86, fue de penalti de Txiki Beguiristáin, tras una falta dentro del área de Pascolo a Albert Ferrer.
Eliminado en la fase de grupos en Francia 1998, el Mundial de Japón y Corea 2002, ya con José Antonio Camacho como entrenador, proponía una revancha para la selección española y Luis Enrique. Ganadores de cada uno de los tres partidos de la primera fase, con participación suya en todos y cada uno de ellos (3-1 a Eslovenia, 3-1 a Paraguay y 2-3 a Sudáfrica), en los octavos de final apareció Irlanda, que llevó a España hasta el límite.
Luis Enrique jugó los 120 minutos enteros del encuentro. En el once, además, formaron Iker Casillas, como guardameta; Carles Puyol, Fernando Hierro, Ivan Helguera y Juanfran, en la defensa; Rubén Baraja, Juan Carlos Valerón y Javi de Pedro, además del actual seleccionador, en el medio campo; y Raúl González y Fernando Morientes, en la delantera.
En el minuto 8, Morientes cabeceó un centro de Puyol para reafirmar la condición de favorito que le correspondía en ese encuentro a España. Ni mucho menos fue así. Ni tan visible ni tan indiscutible. Al borde del final, Anders Frisk señaló el penalti cometido por Fernando Hierro a Quinn. Robbie Keane lo transformó.
El partido, a la prórroga. Y, después, a los penaltis en el estadio de la Copa del Mundo de Suwon ante 38.926 espectadores.
Robbie Keane marcó el primero; Fernando Hierro contestó con el segundo; Matt Holland falló el siguiente lanzamiento; Rubén Baraja dio ventaja a España con el gol del cuarto penalti; Iker Casillas paró el siguiente tiro de David Connolly... Pero Juanfran envió fuera su disparo, para una nueva reaparición del guardameta, que detuvo el intento de Kevin Kilbane. Falló Juan Carlos Valerón, marcó Steve Finnan y Gaizka Mendiente sentenció.
España estaba en cuartos, igual que pretende ahora Luis Enrique, esta vez como seleccionador.
Iñaki Dufour