Así es el despertar de la Albiceleste: "Sabíamos que era un partido límite"

Después del varapalo sufrido ante Arabia Saudí en la puesta en marcha de Qatar 2022, la selección argentina despertó a tiempo con un triunfo ante México que devuelve al conjunto de Lionel Scaloni donde se esperaba, con las opciones de clasificación intactas y en el meollo de la lucha por el Mundial.

Lionel Messi de Argentina celebra su gol, en un partido de la fase de grupos del Mundial de Fútbol Qatar 2022 entre Argentina y México en el estadio de Lusail (Catar). EFE/ Rodrigo Jiménez
photo_camera Lionel Messi de Argentina celebra su gol, en un partido de la fase de grupos del Mundial de Fútbol Qatar 2022 entre Argentina y México en el estadio de Lusail (Catar). EFE/ Rodrigo Jiménez

Un giro radical desde el banquillo y la puntualidad de Leo Messi para auxiliar a Argentina en el momento oportuno, en cuanto tuvo ocasión, arrinconaron a los agoreros y resucitaron el entusiasmo de todo un pueblo que otra vez se ve con la copa en la mano.

Del optimismo inicial antes de arrancar Qatar 2022 se pasó a la depresión. Arabia llevó el desánimo al entorno albiceleste que estuvo los días previos a la cita con México al borde del ataque de nervios, en plena excitación. El buen hacer ante la Tri, un combinado que afrontó la cita con ciertos complejos, recuperó la rutina para Argentina.

Lionel Scaloni desatiende los extremos. No es de dramas ni de euforia. Relativiza el asunto y eso le dio mucho a su plantilla en un momento de tantas emociones, de tensión y de sensaciones encontradas para toda su gente. En pleno estrés, Scaloni puso calma.

"Habría que tener un poco más de sentido común. Es un partido de fútbol. Las sensaciones de que te estás jugando algo más que un partido de fútbol no lo comparto. Tenemos que corregirlo, no lo comparto. porque cada vez que te tengas que jugar una clasificación, un partido. fue sensación de desahogo. Es difícil hacer entender a la gente que mañana sale el sol"

Cuando la pasión desborda a la razón es difícil establecer la calma. Lo intentó Scaloni pero su equipo saltó al campo de Lusail acelerado, con síntomas de asumir más responsabilidad de la necesaria y con la urgencia de responder a las expectativas y la ilusión de toda una grada comprometida con los colores del país. Pero no había lugar al drama.

 

"Los días se hicieron largos y queríamos que llegara el partido. Sabíamos que era un partido límite y que con una victoria nos volvíamos a acomodar en el torneo. Fue un descargo para el vestuario y una alegría porque volvemos a depender de nosotros", dijo tras el partido.