Doha, 22 nov (EFE).- Nunca hasta ahora Marruecos ha conseguido aunar una generación de jugadores con tanta presencia internacional de relevancia, con una consideración general como la que está en Qatar 2022 donde pretende igualar los históricos octavos de final de la mano del recién llegado Walid Regragui.
De buenas a primeras Regragui, nacido hace 47 años en Francia, donde labró su carrera con el balón antes de probar suerte en España, en el Racing de Santander, se ha topado con un Campeonato del Mundo.
Con un escaso recorrido como preparador fue el recurso a mano de las autoridades del fútbol marroquí para ocupar el lugar del bosnio Vahid Halilhodzic, despedido por el flojo papel de las Águilas del Atlas en la última Copa África.
Han bastado tres partidos y otros tantos meses para que Regragui entre en la cuenta atrás del primer compromiso de la selección de Marruecos en un Mundial, en Qatar 2022, con Croacia como primer adversario y un reputado grupo de futbolistas bajo su mando.
Dos triunfos y un empate es el bagaje con el que llega el joven técnico de origen galo al Mundial que comparte de entrada con Bélgica y Canadá además del cuadro croata, al que se mide el miércoles.
Las exigencias y las aspiraciones que rodean al combinado africano no ayudan la puesta en escena de Regragui que debe exprimir y ordenar la variedad de recursos que en esta ocasión tienen sus hombres, de un reconocido prestigio internacional.
De entrada, el nuevo seleccionador ha logrado un tanto a su favor al convencer a una de las estrellas marroquíes de su vuelta al equipo nacional. Se trata del atacante del Chelsea Hakim Ziyech, distanciado de Halilhodzic, anterior preparador.
La presencia de Ziyech alimenta el potencial de un plantel fortalecido por la presencia del meta Yassine Bono, del Sevilla, de Noussair Mazraoui, del Bayern Múnich, Jawad El-Yamiq, del Valladolid, Sofyan Amrabat, del Fiorentina, Abdelhamid Sabiri, del Sampdoria, Youssef En-Nesyri, del Sevilla, Sofiane Boufal, del Angers, Ez Abdé, del Osasuna, Walid Cheddira, del Bari y, especialmente, Achraf Hakimi, titular del París Saint Germain, considerado uno de los mejores laterales derechos del mundo.
No suele ser tenida en cuenta Marruecos en un torneo Mundial. Consecuencia del papel secundario que ha mantenido a lo largo de su historia. Solo en una ocasión, en Francia 1998, las Águilas del Atlas atravesaron la primera fase y se plantaron en octavos. Estuvo a punto también en Rusia 2018 pero cayeron en la ronda de grupos. Igual que en las dos ediciones de México, en 1970 y 1984, y en Estados Unidos 1998, las otras veces que se clasificó.
Abrigado como tapado llega Marruecos a Qatar. Con Bélgica y Canadá como objetivos y como amenaza para Croacia.
Santiago Aparicio