"Al final fue una decisión de las asociaciones que todos apoyaron. En general, me sorprendió un poco porque tuve la sensación de que se estaba hablando del brazalete de una manera bastante irrelevante. Ahora siento que es una señal fuerte. Seguimos recogiendo las quejas. Los jugadores somos bastante reflexivos y deberíamos atender las quejas", indicó el jugador del Bayern Múnich.
"Ahora queremos centrarnos en lo deportivo. Yo estoy feliz de que finalmente empiece la competición. Han pasado doce años desde que se concedió a este país la Copa del Mundo, cuando yo tenía 15 años. Aquí estás en una burbuja y podéis comprobar cómo es realmente la vida aquí", apuntó Kimmich, que destacó la enorme motivación con la que Alemania afronta el Mundial.
"Es enorme. Todos sabemos que no hicimos lo esperado en la última Copa del Mundo. Tuvimos que esperar mucho a que llegara este momento. Es importante que empecemos con un buen partido. En el Mundial y la Eurocopa perdimos el primer partido, así que mi atención se centra más en eso y estoy convencido de que lo ganaremos", señaló.
"Un Mundial es la competición más grande que hay para los futbolistas. Es un gran sueño de la infancia jugar mañana. Me gustaría poder mirar hacia adelante. Todos están expectantes y quieren jugar un buen torneo", indicó el futbolista alemán, que lamentó la baja de Leroy Sané y confió en la presencia de su compañero Thomas Muller.
"Thomas se preparó muy bien. Incluso ahora en el entrenamiento y no tengo la sensación de que no esté en forma. Todo el mundo sabe qué cualidades tiene. Pero lamento que Leroy esté fuera. Está en muy buena forma, especialmente con su velocidad, y es una permanente amenaza de gol. Puede hacer daño a cualquier oponente. Espero que se recupere pronto y pueda ayudarnos", dijo.