París, 19 dic (EFE).- El rifirrafe político francés, con críticas a Emmanuel Macron por su voluntad de protagonismo en la final del Mundial y la discrepancia entre su Gobierno y la Federación Francesa de Fútbol (FFF) a la hora de organizar o no una recepción a la selección, está ensombreciendo el retorno de los "bleus".
Los mensajes contradictorios se han sucedido durante esta mañana sobre un acto masivo en la plaza de la Concordia de París para que puedan rendir homenaje a los jugadores de la selección francesa los aficionados, que muy mayoritariamente creen que perdieron de forma muy digna ante Argentina.
Primero fue la ministra de Deportes, Amélie Oudéa-Castéra, quien dio a entender en declaraciones a una emisora de radio a primera hora que ese recibimiento se celebraría, porque los futbolistas aparentemente querían "dar las gracias a los aficionados" y eso "es muy importante para ellos".
Sin embargo, poco después el presidente de la FFF (con el que tiene malas relaciones desde hace meses) la desmintió en una entrevista a una televisión en la que dijo que los jugadores no estaban de humor para una celebración después de haber perdido en los penaltis la final del Mundial y preferían "volver a su casa esta misma noche".
Desmentido que evidencia, en el mejor de los casos, una falta de coordinación y que duró poco. La misma FFF tuvo que corregir a su presidente y, en un mensaje a los medios puramente factual, sin entrar en motivaciones ni en valoraciones, se limitó a anunciar que, una vez que aterricen en el aeropuerto Charles de Gaulle, irán a la plaza de la Concordia donde "saludarán a su público", hacia las 21.00 locales.
Mientras tanto, una parte de la oposición política ha mostrado su descontento por el protagonismo de Macron el domingo al término del partido en Catar, con los gestos y las palabras que dirigió a los diferentes miembros de la plantilla en lo que se ha interpretado como una intención por capitalizar el interés.
La ultraderechista Reagrupación Nacional de Marine Le Pen, por boca de su vicepresidente, Sébastien Chenu, calificó hoy de "totalmente ridículo" el comportamiento del jefe del Estado cuando bajó al césped: "era un poco lamentable verlo pegarse como un crampón a (Kylian) Mbappé.
Manuel Bompard, diputado de La Francia Insumisa (LFI, de Jean-Luc Mélenchon) reprochó en Twitter a Macron, con ironía, sus propias declaraciones al comienzo del Mundial en las que decía que "no hay que politizar el deporte".
El primer secretario del Partido Socialista (PS), Olivier Faure, también le echó en cara el carácter "inoportuno y desagradable" de sus gestos con los "bleus" en el estadio en Catar.
Para hacerlo, Faure se valió de un artículo de la prensa deportiva en el que se hace hincapié en que "ante las cámaras, Emmanuel Macron ha buscado tener el papel de bueno en la tragedia".
Macron no estará esta noche en París cuando tenga lugar la ceremonia masiva que se va a organizar en la plaza de la Concordia porque se encuentra en el portaaviones Charles de Gaulle en el Mediterráneo oriental, para participar en una cena con los militares que cumplen allí su misión, una cita habitual en las vísperas de Navidad.
Pero está previsto que a comienzos del año próximo reciba a la plantilla de la selección en el Palacio del Elíseo, lo que le ofrecerá una nueva oportunidad de tener una exposición mediática junto a unos jugadores que, pese a la derrota con Argentina, son considerados casi como héroes.
Ángel Calvo