Doha, 22 nov (EFE).- Como si hubieran ganado el Mundial y tuvieran la Copa en la mano, con una euforia y una felicidad difícil de aumentar, Arabia Saudí celebró a lo grande la histórica victoria ante Argentina, una de las serias candidatas favoritas para acunar la condición de Campeón y que se estrelló a las primeras de cambio.
Arabia nunca había sido capaz de ganar su primer partido en un Campeonato de Mundo. Siempre había salido malparada en las cinco ocasiones anteriores en las que disputó una fase final. No pudo elegir mejor momento para romper la racha y frustrar el trayecto de su rival que afrontó el compromiso con lógico aire de superioridad y con treinta y seis partidos sin perder como bagaje reciente.
No tuvo disimulo el plantel al completo de Herve Renard que explotó de felicidad y se disparó hacia el fondo sur del estadio Lusail, plagado con el verde de su uniforme que ataviaba a su afición, para compartir la dicha con unos seguidores enmudecidos por el bullicio de su adversario a lo largo del partido.
El clima empezó a mutar en cuanto Saleh Al Saleh Al Shehri y Salem Al Dawsari dieron un volantazo al partido que sostuvo hasta el final el portero Mohammed Al Owais, igual que ellos de Al-Hilal.
Y es que Arabia Saudí irrumpió en Catar con todos sus integrantes componentes de la liga del país. Ninguno se gana la vida fuera, en Europa. Ahora, de la mano de Renard, ha dado un paso al frente.
El técnico galo, con experiencia mundialista pero como responsable del combinado de Marruecos cuatro años atrás, ha conseguido un hito histórico para el combinado asiático que nunca, en sus cuatro presencias anteriores, había sido capaz de ganar en su partido inaugural.
Herve Renard lleva tres años en Arabia Saudí. Le ha bastado al preparador francés para cambiar el talante de los 'halcones verdes', un equipo que basa toda su reputación en los tres títulos de la Copa Asiática y los dos trofeos en la Copa de Naciones Árabe que tiempo atrás consiguió. Poco más.
Su paso por los Campeonatos del Mundo pasaron siempre inadvertidos. Sin pena ni gloria. Solo en su primera participación, en Estados Unidos 1994 logró atravesar la fase de grupos.
Fue la etapa dorada de los Halcones que durante cuatro ediciones no faltaron a un Mundial. Tras Estados Unidos alargó su estancia en Francia 1998, en Corea Japón 2002 y en Alemania 2006. Después desapareció. Ya no regresó hasta Rusia 2018. Nunca, a excepción de la primera vez, llegó a octavos de final.
Cambia la visión mundialista para Arabia nada más empezar. Qatar 2022 tiene su primera gran sorpresa y el equipo saudí quiere más. "Es un triunfo histórico, un día grande en Arabia pero nada más. Nos quedan dos partidos. Quién sabe si más", dijo Renard al que no le basta una sorpresa aislada y un poco de repercusión.
Arabia Saudí agita Qatar 2022. Un golpe de efecto que pone patas arriba el grupo que completan Polonia y México y que tiene a Renard ahora, como un candidato más a clasificar. EFE
apa/og