José Antonio Pascual
Al Rayyan (Catar), 30 dic (EFE).- Didier Deschamps, con el billete de los octavos en el bolsillo, aprovechó para mandar al campo ante Túnez a la 'unidad B' salvo Raphael Varane y Aurelien Tchouameni, y, como se preveía, ofreció a Carlo Ancelotti una nueva versión del medio Eduardo Camavinga como lateral zurdo de la zaga.
El técnico italiano del Real Madrid igual decidió tomar nota en una posición en la que tiene al también galo Ferland Mendy, que a la postre quedó fuera de la lista de la Copa del Mundo, puede jugar el austríaco David Alaba, Nacho Fernández y hasta algún momento ha tenido que hacerlo Dani Carvajal.
Ahora, ¿se le abre otra opción?. Se antoja complicado por las posibilidades ya probadas y manejadas sin que supongan un 'invento' futbolístico como este de Deschamps, obligado a ensayar en este encuentro.
Y es que ante la baja de Lucas Hernandez en el partido contra Australia ha dejado solo para dicha zona a su hermano Theo Hernandez, que le reemplazó aquella noche y luego fue titular contra Dinamarca.
Con el pase asegurado, Deschamps lo tuvo claro y optó por sacar en el estadio Ciudad de la Educación de Al Rayyan un once alternativo, con Varane y Tchouameni como únicos habituales en el equipo titular para dar descanso a los habituales y dar minutos a todos.
El ensayo le costó una derrota intrascendente a Francia, que pasa como primera de grupo, pero corta su magnífica racha mundialista. No perdía un partido el once del gallo desde que sucumbió ante Alemania en los cuartos de final del Mundial de Brasil 2014 (1-0). En Rusia se coronó ganando todos los partidos menos el tercero de la primera fase, al empatar ante Dinamarca.
Camavinga fue el que más fuera de sitio estuvo. Medio centro o medio ofensivo, de despliegue y notable técnica se le notó que no tiene alma de lateral. En varias ocasiones dejó su espalda descubierta y entre Tchouameni y los centrales tuvieron que ir a su auxilio.
Ofreció sus detalles habituales con el balón en los pies, hizo varias incursiones pero casi siempre hacia el centro y quedó descolgado de forma peligrosa. Incluso se jugó la tarjeta en varias entradas sobre los jugadores tunecinos. No estuvo a gusto y se le vio sufrir.
No obstante, y pese a los apuros pasados en determinadas jugadas, a sus lagunas defensivas, el gol del cuadro tunecino no llegó por su lado, sino que el tanto se originó en el medio con una pérdida de Youssouf Fofana, que se quedó protestando, circunstancia que aprovechó su rival para aproximarse al área, superar a Varane y marcar con un disparo raso cruzado.
Está claro que se trataba de una prueba por si es necesario en un momento de emergencia, y como tal tiene su validez y pierde toda trascendencia, más que nada porque la selección francesa ya lo tenía prácticamente todo hecho en esta fase de grupos, incluso prácticamente certificado el primer puesto. EFE
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