Redacción deportes, 19 dic (EFE).- Cuatro años después de pelear por el título en Rusia 2018, la selección croata finalizó tercera en Qatar 2022 aumentando la leyenda de un país con menos de cuatro millones de habitantes que se agiganta en cualquier evento deportivo en el que participa.
Ese espíritu de plantar batalla hasta la extenuación también lo tiene su selección de fútbol. Y además a Luka Modric, que con 37 años sigue echándose el equipo a la espalda y dándole un plus de calidad y garra que los demás no tienen.
Con esos ingredientes fueron capaces de superar una fase de grupos en la que solo ganaron a Canadá (4-1) y empataron a cero ante Marruecos y Bélgica, en el caso de los segundos jugándose la vida y resistiendo a un asedio ofensivo.
Clasificados como segundos, igualaron en intensidad a la correosa Japón hasta llevarla a una tanda de penaltis donde no dieron opciones. Y también en los lanzamientos desde los once metros acabaron con Brasil, una de las favoritas, a la que previamente habían conseguido igualarle un tanto en la prórroga.
Así las cosas, hizo falta una gran versión de Messi y de Argentina para impedir que se repitiese la final previa ante Francia. Pese a ello no regalaron el tercer y cuarto puesto, donde saldaron cuentas con Marruecos y vencieron por 2-1. Se marchan habiendo hecho gala de sus virtudes una vez más y poniendo en el panorama internacional a Josko Gvardiol, llamado a ser uno de los mejores centrales del futuro. EFE
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