Redacción deportes, 19 dic (EFE).- La selección ghanesa jugó en Catar el cuarto de os últimos cinco mundiales, un gran logro que les da jerarquía en un continente donde no resulta nada sencillo hacerse con un boleto para la gran cita.
Lo conseguido cobra más trascendencia aún si se tiene en cuenta que hasta Alemania 2006 nunca antes lo habían conseguido. En esa primera toma de contacto alcanzaron los octavos y en su segunda participación los cuartos, hito que les dejó a las puertas de ser el primer semifinalista africano del torneo.
Un choque muy recordado ante Uruguay, en el que Asamoah Gyan falló un penalti decisivo, acabó con el sueño entonces. Y la posibilidad de ajustar cuentas pendientes volvió a presentarse en esta ocasión al coincidir ambos en la fase de grupos.
La derrota por 2-0 en el duelo impidió sanar la herida y sumada al tropiezo contra Portugal (3-2) hicieron inútil el triunfo por 2-3 frente a Corea del Sur en un partido que sirvió para poner en el escaparate al bigoleador Mohammed Kudus. EFE
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