Redacción deportes, 19 dic (EFE).- La selección inglesa de fútbol completó una buena puesta en escena en el Mundial de Qatar pese a que no pudo completar la gran obra que hubiera supuesto conquistar el título tras caer contra Francia en cuartos de final.
Llegaba el equipo a la cita como finalista de la pasada Eurocopa y con un plantel repleto de talento joven que en su mayoría ya llevaba acumulados los kilómetros en grandes competiciones de aquella cita continental del 2020 en la que cayeron en el duelo decisivo ante Italia.
Futbolistas como Rice, Saka, Mount y sobre todo Bellingham no han parado de dar pasos hacia adelante desde entonces y eso cristalizó en un conjunto por momentos atractivo de ver que pasó por encima de Irán en el debut imponiéndose por 6-2 con cinco goleadores distintos.
A ese resultado no lograron darle continuidad con otro triunfo en el segundo partido de la fase de grupos ante Estados Unidos (0-0). Pero en el tercero y en los octavos de final volvió el conjunto a exhibir su potencial ofensivo para derrotar por 0-3 y 3-0 a Gales y Senegal respectivamente.
Ya en cuartos se cruzó en su camino Francia y ambos disputaron un vistoso duelo que terminaron llevándose los galos por 1-2. La derrota, dolorosa, cortó las alas de los ingleses pero la sensación es la de un equipo cada vez más redondo llamado a encontrarse entre los aspirantes a todo en lo sucesivo. EFE
cmg/jl