Redacción deportes, 19 dic (EFE).- La selección de Irán disputó el que probablemente haya sido su Mundial más difícil, no ya por el nivel de sus rivales deportivos sino por la tensión social que se vive en el país después de la muerte de la joven Mahsa Amini tras ser detenida por la Policía por no llevar bien colocado el velo.
En ese contexto el torneo se ha convertido en un altavoz para el pueblo iraní, con aficionados y futbolistas dejando por el camino gestos de compromiso. El más mediático fue la decisión del equipo y el cuerpo técnico de no cantar el himno en el estreno contra Inglaterra, que se saldó con derrota por 6-2.
Esa situación cambió de ahí en adelante pero no así la actitud de los espectadores en la grada; que mostraron su descontento con abucheos, pancartas y cánticos. De esta manera nadie ha conseguido o impedido que la situación del país haya pasado de puntillas.
En el rectángulo de juego, el contundente revés contra los ingleses no minó al "Team Melli"; que exhibió garra y coraje para imponerse a Gales por 0-2 con tantos en el descuento de Cheshmi y Rezaeian en el segundo partido. Finalmente en el choque que sirvió para cerrar la fase de grupos ante Estados Unidos, también vestido de una importante carga política, perdieron por 0-1 con un gol de Pulisic quedando eliminados. EFE
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