José Antonio Pascual
Doha, 2 dic (EFE).- Por segunda Copa Mundial consecutiva la selección de Alemania, una de las grandes potencias históricas, con cuatro estrellas de campeona en su camiseta, se despidió a las primeras de cambio, sin ser capaz de superar la fase de grupos.
"No me interesan los otros equipos. Lo teníamos en nuestra mano, todo es nuestra culpa. Tuvimos muchas ocasiones contra España en la primera parte y también frente a Japón. Si las hubiésemos marcado las cosas serían diferentes. Me enfada que cometimos muchos errores", reconoció Hansi Flick tras confirmarse la eliminación.
Técnico de éxito en el Bayern Múnich, fue contratado en mayo de 2021 para relevar a Joachim Low y reflotar una 'Mannschaft' que había vivido los naufragios de Rusia 2018 y del torneo continental de aquel año.
En la cita mundialista rusa sucumbió tras perder el primer partido ante México y el tercero frente a Corea del Sur. Entre medias parecía haber enmendado el desaguisado con un triunfo ante Suecia. Pero no fue así.
Superó con notables apuros el grupo de la muerte de la Eurocopa. Acabó segunda tras Francia y empatada con Portugal, tercera. Pero en octavos no pudo con Inglaterra, al caer en Wembley por 2-0.
Y aunque tuvo una fase de clasificación para Qatar 2022 plácida, con nueve victorias por tan solo una derrota, tampoco ofreció buenas vibraciones en la Liga de Naciones, en la que estuvo a punto de descender a la categoría B. Tan solo superó en su grupo precisamente al cuadro inglés.
Aún así Alemania siempre es Alemania y llegaba al Mundial con ilusiones renovadas de volver a ser protagonista principal de una gran competición. Pero ocho minutos nefastos en el estreno ante Japón y la más que discreta primera parte ante España resultaron letales.
Comenzó bien el Mundial el equipo de Flick. Se adelantó y pudo sentenciar, pero la remontada del sorprendente conjunto japonés, con dos goles en ocho minutos ya en el tramo final del partido, fue el principio del fin.
Ante España comenzó por detrás en el marcador, pero reaccionó, igualó en los últimos minutos y presionó al conjunto de Luis Enrique Martínez para lograr un empate que le mantenía en la pugna por los octavos.
Necesitaba ganar y que hiciera lo propio España a Japón salvo que goleara de forma escandalosa a Costa Rica. Consiguió, no sin muchos apuros, acabar venciendo a la 'Sele' (4-2), pero el cuadro hispano sucumbió ante los Samurais azules (1-2), que se apuntaron el billete como primeros de grupo.
Alemania, otrora dominadora, gran potencia, que ganó su último título en Brasil 2014, doblaba la rodilla una vez más. Víctima de sus propios errores y de sus carencias. También de la derrota de España. Sensación además de impotencia, como reconoció Thomas Müller.
No obstante, Flick y sus jugadores no pusieron paños calientes. El propio Kai Havertz, que dio la vuelta al partido ante Costa Rica tras salir desde el banquillo, lo tuvo claro: "No esperábamos el resultado de los españoles, pero tenemos que hacérnoslo mirar bien. Tuvimos suficientes oportunidades para ganar contra Japón y España".
Llega, como en las selecciones que ya han certificado su adiós, el momento del análisis, imprescindible, necesario, sobre todo para un equipo con una historia a la que el presente no le está haciendo justicia. EFE
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