Luis Miguel Pascual
Doha, 3 dic (EFE).- "No me importa que me critiquen, al revés, es una fuente de motivación", asegura el seleccionador de Polonia, Czeslaw Michniewicz, puesto en el disparadero en su país por la prensa y antiguas leyendas que atacan el juego del equipo liderado por Robert Lewandowski.
El ambiente hostil no parece molestar a este técnico de 52 años y corto palmarés en los banquillos, reputado fino estratega que se ocupó de un equipo huérfano cuando en enero pasado el portugués Paulo Sousa dejó de forma repentina el banquillo.
Michniewicz lleva meses respondiendo a las críticas, que se han exacerbado durante el Mundial, en el que Polonia no ha dejado una gran imagen pero ha conseguido el pase a octavos de final 36 años después gracias a una victoria contra Arabia Saudí y un empate frente a México.
"¡Qué desperdicio!", aseguraba el emblemático Michal Zewlakow, tras el duelo contra Argentina en el que Polonia cayó 2-0 y arrancó la clasificación solo por la mejor diferencia de goles con México.
"¿Para esto tenemos academias de entrenadores?", replicaba Michal Zewlakow, que cuenta con 102 partidos como internacional polaco.
Michniewicz sonríe cuando le preguntan sobre estas opiniones o cuando le recuerdan que, en el pasado, fue conocido como "el Mourinho polaco".
Sabe que en su país su imagen no está siendo popular y recuerda que eso ya le ha pasado a algunos de sus antecesores y a colegas de otros países.
Poca gente tenía peor prensa que Aimé Jacquet en los meses previos al Mundial de Francia, antes de que condujera a los "bleus" a su primer título mundial en 1998.
El seleccionador polaco avisa de que ahora Polonia entra en una nueva dimensión y que no saldrán al campo a regalar nada a Francia. "Si ganamos a Francia podemos ser campeones del mundo", asegura el técnico, que reconoce que ha buscado puntos débiles de los "bleus" "pero no los tienen".
"Solo sé que a cualquier equipo que le metes presión, acabas por forzarle al error. Esa será nuestra estrategia", dice.
El técnico polaco es consciente de que, hasta ahora, su equipo no ha carburado como pensaba. Solo cinco remates en tres partidos es poco bagaje para cualquier equipo y menos aun si tienes en tus filas a Lewandowski.
"Es cierto que hemos tenido un problema de creación de juego y tenemos que trabajarlo. Francia será la que dicte el juego, pero no podemos dejar que tengan el balón en exclusiva. Australia y Dinamarca lograron marcarles y nosotros tenemos que buscarlo", señala.
Ganar a Francia sería una enorme sorpresa y podría cambiar la imagen de este gran aficionado a fumar puros y beber whisky, que más allá de las críticas de la prensa tiene ya garantizado su puesto hasta la Eurocopa de 2024. EFE
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