Redacción deportes, 19 dic (EFE).- Por cuarta vez en los últimos cinco mundiales Suiza tuvo el nivel suficiente para superar la fase de grupos y alcanzar los octavos de final pero, al igual que en las tres anteriores, no pudo superar esta ronda.
El combinado helvético sigue dando muestras de un equipo que es capaz de dar un susto a cualquiera pero carece del empaque necesario como para convertir esa virtud en costumbre, especialmente en cuanto a eliminatorias en grandes citas se refiere.
Desde Rusia 2018 el equipo había sido capaz de acabar cuarto en una Liga de Naciones y de colarse entre los ocho mejores en la Eurocopa del 2020 pero esa evolución no terminó de verse en los momentos importantes de la Copa del Mundo.
En un grupo muy semejante al de cuatro años atrás, con la única diferencia de Camerún en lugar de Costa Rica, el cuadro suizo comenzó ganando a los africanos (1-0). Sin embargo no pudo con Brasil (1-0) y se vio obligado a remontar ante Serbia (2-3).
Así las cosas accedió con alguna que otra duda a octavos ante una Portugal muy enchufada que les pasó por encima. El 6-1, con hat-trick de Gonçalo Ramos, forma ya parte de los episodios futbolísticos a olvidar el país y supone una bofetada de realidad que obliga a seguir buscando recetas para dar el siguiente paso adelante. EFE
cmg/jl